El mal perder de Marruecos: Achraf se negó a atender a la prensa tras perder contra España
A pesar de la insistencia de la FIFA el jugador marroquí no quiso hablar ante la prensa
España venció a Marruecos para meterse en la final de los Juegos
Esta España quiere el oro
Achraf Hakimi, jugador del PSG, se negó a atender a la prensa tras la derrota de la selección de Marruecos contra España en la semifinal de fútbol masculino en los Juegos Olímpicos de París 2024. El futbolista marroquí no quiso atender a los medios de comunicación presentes en Marsella a pesar de insistencia de la FIFA.
Por normativa FIFA, todos los futbolistas seleccionados están obligados a atender a los medios de comunicación después de cada partido. También en los Juegos Olímpicos de París 2024. A pesar de ello, y sabiendo que les iba a caer una sanción, Achraf, el capitán de Marruecos, se negó a ello asumiendo el castigo.
Tras perder ante España, solamente el seleccionador de Marruecos atendió a los medios de comunicación en Marsella. Y lo hizo en árabe. Ningún jugador del combinado marroquí atendió a los medios. Un mal perder de la selección africana que ha dejado totalmente retratado a un equipo que fue remontada de manera mágica por el combinado de Santi Denia gracias a los goles de Fermín López y Juanlu Sánchez.
España luchará por el oro en París
La selección española de fútbol peleará por el oro olímpico el próximo viernes a las 18:00 horas en Parque de los Príncipes de París tras ganar 2-1 a Marruecos en semifinales. El combinado nacional remontó en la segunda mitad con goles de Fermín López y Juanlu Sánchez. Los de Santi Denia se han asegurado la medalla, aunque si ganan a Francia o Egipto, será de oro, emulando al equipo que lo hizo en Barcelona 92.
El Stade Vélodrome de Marsella fue el escenario que albergó la semifinal de los Juegos Olímpicos entre España y Marruecos. Este duelo se jugó en territorio francés, como todos los Juegos Olímpicos de París, pero la sensación era que el ambiente al que se enfrentaron los hombres de Santi Denia no hubiese sido muy diferente al que hubiesen sufrido si el partido se celebrase en Rabat o Casablanca. Un estadio lleno, pero lleno de marroquíes que intentaron llevar a sus jugadores en volandas hacia una final que hubiese sido histórica para los africanos, pero se toparon con España y, eso, son palabras mayores.
España tenía claro que debía bajar las pulsaciones del partido desde el primer minuto y con esa intención saltaron al campo. La selección española trató de dominar el encuentro, aunque generando poco peligro. Sólo un disparo lejano de Fermín López que Munir desvió a saque de esquina.
Todo parecía bajo control para el equipo español, hasta que llegado el cuarto de hora Ilgiz Tantashev, árbitro uzbeko de la contienda, veía como Pubil le arrollaba provocándole una lesión que no le permitió seguir, lo que llevó a ser sustituido por Glenn Nyberg, cuarto árbitro de la contienda. Esto fue un antes y un después para el encuentro y un bache para España que terminó en gol marroquí.
Un gol que llegó desde los once metros, después de que Pablo Barrios cometiese un claro penalti sobre Richardson. El árbitro no lo vio en un primer momento, pero tras consultar con el VAR pitó una pena máxima que transformó Rahimi, que en su celebración demostró la poquita deportividad de esta selección. La semifinal se complicaba mucho para el conjunto español, que necesitaba un gol para seguir soñando con el oro. Mientras, el estadio se encendía, nunca mejor dicho, con la aparición de bengalas. Todo estaba en contra.
El gol sentó mal a España y Marruecos comenzó a dominar el encuentro. Sin un gran fútbol, pero sí generando peligro sobre la portería de Arnau Tenas. No fue hasta el tramo final de la primera mitad cuando Baena, con un disparo raso, estrelló la pelota en la madera. La mejora ocasión de los españoles.
Tras el paso por los vestuarios, España saltó al terreno de juego siendo consciente de que necesitaba hacer más para jugar la final. La selección española llevó el peso del balón, pero las ocasiones se seguían resistiendo. Con esta situación, Santi Denia miró al banquillo para hacer cambios y apostó por un triple cambio. Miguel Gutiérrez, Juanlu y Bernabé sustituyeron a Miranda, Barrios y Marc Pubill.
Y, precisamente, con una jugada que empezó Bernabé, España terminó encontrando el empate con un gol, como no, de Fermín. El chico de los Juegos Olímpicos. Todo se fue embarullando, hasta que el jugador del Barcelona terminó cogiendo la pelota, desbordó dos veces y la puso pegada al palo para lograr un empate capital. De la alegría se llevó por delante el banderín, lo que le llevó a ver amarilla.
Con el empate en el luminoso lo más difícil estaba hecho, pero quedaba rematar. Y para ello, había que marcar un nuevo gol que terminó llegando a falta de cinco minutos para el final con un disparo cruzado de Juanlu que terminó besando las redes marroquís y desató la locura entre el equipo español. Marruecos lo intentó hasta el final, pero a España no se le iba a escapar esta final. El sueño sigue vivo.